domingo, 25 de agosto de 2013

CASA TISCAMANITA O CASA LUIS.

   Este año decidimos irnos de vacaciones a la isla de Fuerteventura, así que nada más comprar los billetes me puse manos a la obra a indagar cuáles eran los mejores restaurantes para comer según los majoreros. Al ver la poca información disponible en la red, decidimos crear este blog que sirva para que todo el mundo que se haya encontrado en una situación parecida pueda leer nuestra experiencia y decidir por si mismos dónde ir a comer en Fuerteventura. Ésta es la primera entrada que hacemos sobre varios locales que vimos recomendados en diversos foros, seguiremos actualizando el blog y añadiendo restaurantes para que amplíen sus opciones a la hora de comer.
  
Carmela, Luis y su hija.
   A la pregunta de: -¿Dónde comer en Fuerteventura?. Una respuesta era siempre fija: - A Casa Luis. Se encuentra en la calle principal del pueblo Tiscamanita, Tuineje, no hay pérdida. Cuando cruzas el pueblo por la carretera a la altura de los semáforos, una casa de fachada blanca de una sola planta. El restaurante lo regenta Luis que se encarga de la sala y Carmela que hace lo propio en los fogones. Muchas personas famosas del deporte o de la política tanto a nivel regional como nacional que han visitado Fuerteventura no se han permitido el lujo de dejar de comer en Casa Luis.
   Cuando uno decide ir a comer a Casa Luis hay que olvidarse de las prisas y disfrutar del trato cercano y familiar que se dispensa. Al principio seco y directo pero a medida que avanza la velada Luis se va abriendo un poco más y vamos conociendo la historia y secretos del propio restaurante.
  

Dos cosas me quedaron muy claras:
   Primero, no le gusta servir comida que no comería él. - "...Aquí se come como en casa, todo totalmente casero. ¡Ven para que veas la cocina!..." nos decía señalando hacia los fogones.
   Y segundo: - "...¡Yo atiendo hasta que pueda, cuando ya no dé para más que espere el resto!...". No parece ser uno de los 10 mandamientos del buen restaurador pero se entiende completamente cuando minutos antes nos explicó que tiempo atrás tuvo problemas de salud por estrés laboral, con lo cual le dio un giro de 180º a la dirección del restaurante y ahora trabaja para vivir y no al revés.
   A la hora de pedir hay que estar muy atentos porque no hay una carta como tal, para conocer los platos y precios. Luis se planta al lado tuyo y con boli y papel en mano empieza a "cantar" los platos que tiene. Al que pille de imprevisto le aseguro que puede llegar a estresar. Basta decir que sólo me acuerdo de los platos que pedimos. Aquí empieza el primer contacto serio con Luis, explicando los platos, recomendando y si te ve con dudas, no te preocupes, que ya se encargará de pedir por ti.
   Empezamos con un entrante, queso de cabra y papas arrugadas con mojo rojo. Sin lugar a dudas, éste fue el plato que más me sorprendió. Me atrevería a decir que el mojo rojo es uno de los mejores que he probado en mi vida. Una textura suave y densa, parecía una salsa más que una mezcla de base aceitosa. Suponemos que mezclarlo con queso de cabra le daba esa consistencia y sabor. Así que ni se les ocurra obviar las papas con mojo, es más, les recomendaría que pidieran varios platos. Exquisito. Del queso de cabra, todo aquel que lo haya probado sabrá de su gran fuerza en el paladar y de su inconfundible sabor.
Ensalada con tomates de Tiscamanita.
   Seguimos con una ensalada de la casa, hecho con productos frescos y de la zona, como el tomate de Tiscamanita. Se nota la diferencia. Buena presentación, donde la viveza de colores y frescura de los ingredientes ya te predisponían a imaginarte lo mejor. A mi particularmente me recordaba a las ensaladas que comía de pequeño en casa de mi abuela con los productos que traía directamente de la huerta. Si te evocan esos recuerdos se pueden imaginar lo que pude disfrutar comiéndola. Parecía pequeña en el plato pero da para dos personas sobradamente.
   Por recomendación de Luis nos pedimos el pulpo frito con mojo verde. Es una forma de cocinar el pulpo poco utilizado en la isla de Tenerife donde casi siempre lo sirven a la gallega, guisado o como ingrediente principal de un salpicón. Venía acompañado de papas paja, es decir, papas fritas cortadas artesanalmente con una maestría envidiable por parte de Carmela, con el mismo grosor y tamaño unas de otras. Buena elección, el pulpo mantenía todo el sabor más la nueva textura crujiente que se le añade al exterior debido a su fritura.
Papas paja y carne cabra.
   Y para terminar nos llegó el cabrito frito, huelga decir que en Fuerteventura la carne de cabra está presente en todos los restaurantes y yo lo consideraría sin lugar a dudas uno de los platos típicos de esta isla. Nos decidimos por el cabrito en vez de por la carne cabra porque sabíamos que la carne de cabra es bastante fuerte de sabor y no queríamos arriesgarnos por si acaso que no nos gustara del todo. Otro acierto. Un sabor muy suave, crujiente el exterior y con poca grasa. Acompañado como no, por las conocidas papas paja. Por favor no intentes comerlo con cubiertos, porque ya se encargará Luis de avisarte antes de que pinches la carne con el tenedor: -"... El cabrito se come con las maaaanos..." nos aconsejaba.
   Cuando terminamos y dejamos los huesos del cabrito pelados, se acercó Luis y nos sugirió tomar unos cafés. Nosotros no somos nada "cafeteros" y sí muy golosos así que le dijimos si tenía algún postre que ofrecernos. Nos llevamos una gran desilusión, porque nos dijo que no le quedaba nada preparado (de ahí que nos haya ofrecido los cafés primero y no los postres como debería de haber sido). Pero al momento nos comenta que cree que tiene bienmensabe. Es un postre bastante empalagoso y se suele servir acompañando alguna tarta, flan o helado pero decidimos probarlo. Nos trajo un vasito para los dos, bienmesabe mezclado con bizcocho, al final se nos hizo poco y "peleamos" por ver quién era el último en rebañar el vaso. Totalmente recomendado probarlo. Una cucharada en la boca te daba para unos minutos de placentero sabor hasta volver a por la siguiente.
   Al terminar y pedirle la cuenta, se acerca Luis y nos "canta" el importe a pagar. Ni factura ni nada. ¡Viva la tradición oral!. Al final fueron 34€ por: 4 cervezas, 2 latas de refresco, las papas con mojo y queso, la ensalada, el pulpo frito, el cabrito frito y el bienmesabe. Creemos que es un precio razonable. No es barato, pero ni mucho menos caro. Sin lugar a dudas volvería a repetir y aconsejo su visita a todo aquel viajero que busque comida tradicional canaria cocinado como lo harían nuestras abuelas a base de productos frescos.
   Al pagar, Luis nos trae unas botellas de licor y 2 vasos de chupitos que planta en medio de la mesa y mientras se marchaba a atender a otros comensales nos repetía: - "... ¡Beban, beban. Sírvanse ustedes mismos!..."

   Si tienes alguna duda sobre Casa Luis, has vivido una experiencia distinta a la mía o simplemente quieres comentar algo referente a este Restaurante; por favor deja un comentario. Nos enriqueceremos todos. ¡Saludos!

sábado, 17 de agosto de 2013

DESCUBRIENDO EL MERCADILLO DEL AGRICULTOR DE LA MATANZA.

   Tras una semana por tierras majoreras, hemos llegado a casa y nos hemos encontrado con una “nevera desangelada”; ni verduritas, ni frutas para refrescarse durante la ola de calor que arrasa el archipiélago. Sin pensarlo, nos hemos dirigido al mercadillo de la Matanza de Acentejo. Si nunca lo has visitado…. es muy sencillo de encontrar. Tras desviarte por  la salida 23 de la autopista, tomas la Carretera General del municipio (TF 217) hasta llegar a una rotonda con una escultura de un aborigen (km 2,5), es un edificio de grandes dimensiones que no te pasará desapercibido.

   ¡Ha sido una agradable sorpresa! Si estás haciendo turismo, podrás adquirir miel de castaño, vino de mora o vinagre de miel. ¡Qué mejor souvenir que algo sano para comer!. Si vives en Tenerife, encontrarás verduras y fruta fresca, unido a un trato amable y familiar. Ojea con detenimiento cada puesto, hay infinidad de productos: chayotas, papaya, mangos, aguacates, papas azucena, pitangas, lechuga morada, brócoli… y para nuestra sorpresa, unas preciosas berenjenas blancas que tras recomendación de la vendedora, tendremos que cocinarlas rellenas o rebozadas. Su sabor dulce…. nos ha engatusado.

la cuchara voladora, berenjena blanca, Mercadillo de la Matanza.
Berenjena blanca, Mercadillo de la Matanza.
   Otra opción, es comprar plantitas, siempre más rentable que un ramillete. Encontrarás albahaca, perejil, hierba luisa,  hierba buena y salvia. Ésta última muy recomendable para las mujeres con reglas irregulares y con síntomas de menopausia…. algunas cosillas que me enseñó mi abuelo.

   Y si el hambre aprieta durante el recorrido, hay un puesto de queques (bizcocho) de diversos sabores (naranja, limón, chocolate…) y rosquetes. En fin, que lo tienes que visitar y si lo tienes cerca de casa, no tienes excusa.
  
   Por último, no olvides que sólo abre los fines de semana de 9:00 a 15:00, una opción muy atractiva para comer productos de la tierra y promocionar el desarrollo local.