domingo, 15 de septiembre de 2013

RESTAURANTE DA ULI.

Terraza Da Uli.
   Si te encuentras en Corralejo, el pueblo que más me gusta para vivir de toda Fuerteventura, y quieres comer como lo haría cualquier lugareño es obligatorio parar en el Restaurante Da Uli. Se encuentra muy cerca de la zona centro, en una de las perpendiculares que corta a la Avenida Principal, concretamente en la calle Crucero Baleares Nº7. Es muy gratificante pasar en tan sólo 75 metros de distancia de una avenida atestada de turistas, con sus respectivos restaurantes para turistas, a una tranquila calle donde se desarrolla la vida normal y el día a día de los habitantes de Corralejo. Aquí nos encontramos con el Restaurante Da Uli.
Expositor Da Uli.
   Después de pasar toda la mañana en la Isla de Lobos ( recomiendo esta visita encarecidamente) nos dirigimos directamente a Da Uli, la fama de económico y de raciones generosas era lo que buscaban nuestros bolsillos y estómagos, respectivamente. Nada más llegar nos encontramos con todas las mesas de la terraza y del interior ocupadas y una cola de 8 personas aproximadamente esperando por ser atendidos. Mientras esperamos en la cola observamos la cantidad de gente que viene a recoger comida para llevar y la gran afluencia de público italiano, argentino y/o uruguayo, para mis adentros pienso que es buena señal.  Al primero que vimos pasar por ahí con un plato en la mano le preguntamos por una mesa libre, muy amable nos explica la forma de pedir: -"... Tienen que ponerse en la cola hasta que les toque el turno de pedir, ustedes eligen de lo que hay en los expositores y les dejamos los platos preparados. A medida que vayan abandonando los clientes las mesas se les irá avisando para que se sienten a comer..."
   Nos quedó todo muy clarito, lo que no era tan claro eran las diferentes mezclas que se podían hacer entre primer y segundo plato y medias raciones y ración entera. Todo estaba escrito en carteles en la pared con sus correspondientes precios pero aún así nos liamos. Aunque con un simple vistazo a la pared de los carteles nos dimos cuenta de que barato sí nos iba a salir.
   Cuando nos tocaba a nosotros nos atendió una chica con un marcado acento italiano muy simpática y paciente, que respondió todas nuestras preguntas y aclaró todas nuestras dudas siempre con una gran sonrisa en la boca. Al parecer tenían un menú por 10€ ( si mal no recuerdo, con bebida y postre incluido) en donde podías combinar media ración de unos primeros platos determinados y ración entera de otros segundos ya estipulados. Aunque luego si pedías algo que estaba fuera del menú preestablecido la simpática italiana te lo apañaba para que te saliera más o menos al precio del menú. Al terminar de pedir todos los platos, los van acumulando detrás, en la cocina y cuando te llega el turno de sentarte te lo calientan y sirven.

   Cuando llegó nuestro turno, estuvimos esperando unos 15 minutos aproximadamente, nos sentamos y nos tomaron la comanda de las bebidas. Eramos 4 personas y queríamos 2 cervezas y 2 refrescos. Al pedir el camarero nos sugiere: - "... les traigo una litrona y una botella de cocacola de 2 litros que les va a salir más barato..." Nos miramos extrañados y al momento comenta: -"... 2 refrescos salen cada uno 1,50€ y la botella de 2 litros te sale a 2,50€..." Me encanta cuando primero piensan en el cliente!!!

   Al final en la mesa se congregaron 2 tipos de pastas con su respectiva salsa, 1 pescado blanco en salsa (de aguacate y gambas), 3 risottos (con gambas) y 2 platos de pollo (1 al curry y otra con salsa de mango-naranja). De todo ésto yo destacaría el risotto sin lugar a dudas y la calidad de las salsas que acompañaban al producto principal en cada plato. Las salsas estaban para pedirlas por separados y comerlas con pan hasta reventar ;) te encontrabas en la boca con los ingredientes de la salsa, masticabas y obtenías un sabor fresco y puro. Quizás lo más flojo de todo fue el pescado blanco en sí. Pero la calidad de su salsa hizo renacer el plato a un nivel más que correcto. 
   De postre pedimos, panacota, tiramisú y "tronco" (llamado así por tener una forma parecida al tronco de un árbol, hecho a base de chocolate y galletas). Los postres estaban bastante bien. Quizás la panacota el que tenía el nivel más bajo de los tres, pero aún así digno de pedir. El tiramisú como era de esperar, ya que tenía muy buena pinta en la nevera de los postres, estaba muy rico, cremoso y suave.  El tronco, por ser la novedad nos llamó bastante más la atención. Perfecto para ser comido a pequeñas cucharadas ya que era demasiado dulce para mi gusto pero no había forma de ignorarlo y dejarlo de lado, al poco tiempo estaba otra vez con la cuchara en alto recargando mis reservas de azúcar ;)
   Al pedir la cuenta, creo recordar que nos salió todo 38 €, el camarero muy amablemente nos invitó a tomarnos unos café, como ya habíamos comentado en otras entradas no somos nada cafeteros, así  que declinamos tan amable ofrecimiento y nos dispusimos a pagar, cuando el camarero nos dice: "... pues entonces les arreglo el precio de la cuenta..." Dicho y hecho nos salió todo por 35€. Todo un detallazo. Claramente les dejamos una buena propina, la intención es lo que cuenta y aquí nos trataron como si estuvieramos en casa de un amigo. Recomiendo su visita al 100% yo, si puedo, volveré seguro ;)
   


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